Existe una frase muy mencionada, “ s omos lo que comemos”, que más allá de definir nuestro estilo de vida indica qué tan bien cuidamos nuestra salud. Después de todo, el cómo y de qué nos alimentamos tiene mucha relación con nuestra salud ya que casi el 70% del sistema inmune se encuentra en el intestino.
Mantener el intestino saludable, es una de las preocupaciones que ha ido creciendo día a día, esto debido a los avances en la medicina, y además porque existe mayor dedicación en saber qué es lo que estamos proporcionando al cuerpo. Además, c onocer las propiedades de los alimentos se ha convertido en una de las acciones más relevantes.
Esta intolerancia es bastante común, de hecho, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, el 70% de la población a nivel mundial padece de dicha complicación alimentaria.
Muchos científicos se han propuesto encontrar y estudiar probióticos y sus efectos sobre la salud humana. Allí, el consumo de bacterias o levaduras probióticas se ha dado en pacientes con estrés, como soporte durante tratamientos médicos e incluso para la salud deportiva.
La microbiota se puede alterar con distintos factores, tanto internos como externos, es por eso que mantenerla equilibrada es sinónimo de mejor calidad de vida, puesto que distintas afecciones no se hacen presente para incomodar el día a día, como lo es el colon irritable, dolores estomacales, infecciones urinarias, entre otras.
Diversos estudios en la actualidad indican que el estrés tiene efectos relevantes en la composición de la microbiota intestinal.
Entre ellos se pueden encontrar las alteraciones en la motilidad intestinal, el transporte de mucosas, la función de barrera intestinal y la percepción visceral.