La microbiota se puede alterar con distintos factores, tanto internos como externos, es por eso que mantenerla equilibrada es sinónimo de mejor calidad de vida, puesto que distintas afecciones no se hacen presente para incomodar el día a día, como lo es el colon irritable, dolores estomacales, infecciones urinarias, entre otras.
Las alteraciones en la microbiota se pueden explicar, por lo menos en parte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) por algunas epidemias presentes en la humanidad, como el asma y la obesidad. La disbiosis (alteración en la composición y/o funciones de los microorganismos que habitan en la piel y tapizando el interior de los intestinos y la vagina), se ha asociado a una serie de trastornos gastrointestinales que incluyen el hígado graso no alcohólico, la enfermedad celíaca y el síndrome de intestino irritable.
La microbiota se mantiene más o menos estable mientras no existan factores que puedan alterarla. De hecho, el consumo excesivo de productos como los antibióticos y los alimentos ultra procesados son capaces de dañarla.
Según explica la química Ángela Quintas, estas prácticas reducen el número total de microorganismos y también su diversidad, al tiempo que provocan un aumento de patologías como intolerancias alimentarias, diabetes, obesidad, síndrome del intestino irritable o incluso enfermedades autoinmunes.
Lo anterior es también destacado por la experta en Microbioterapia y colaboradora de Nutribiótica, la doctora Sari Arponen, quien afirma que abusar de los alimentos ultra procesados, los cuales suelen contener emulsionantes, edulcorantes, grasas trans o hidrogenadas, exceso de azúcar y aditivos, puede desencadenar un estado de disbiosis, es decir, el desequilibrio de la microbiota intestinal.
Entre las principales causas que pueden alterar la flora intestinal o microbiota en el intestino, para el doctor Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas de España, se pueden encontrar las siguientes:
Cuando aparecen estos desequilibrios en la flora intestinal, existe una mayor predisposición a infecciones, alergias y dermatitis atópicas. Además, se altera la movilidad digestiva, lo que puede provocar estreñimiento, diarreas, malas digestiones, gases o dolor abdominal.
Para ser aún más específicos, los factores que inciden en mantener una microbiota saludable, está la dieta que sigue una persona, el exceso de proteínas y falta de carbohidratos también puede tener efectos indeseables. El estrés es otro factor relevante, ya que provoca que el sistema endocrino secrete cortisol, el cual tiene consecuencias en la musculatura intestinal. La utilización prolongada y sin supervisión médica de antibióticos también es un agravante para la salud de la flora intestinal, y por supuesto el exceso en la ingesta de azúcares.
Existen diversas patologías asociadas a un intestino no saludable, según el medio de comunicación mexicano, Plenilunia, las consecuencias se pueden evidenciar en la calidad de vida que tiene una persona. Un intestino saludable es capaz de prevenir infecciones, también evita la inflamación de la zona o estreñimiento. Pero eso no es todo, porque existen estudios, que incluso señalan que un intestino que no es saludable puede influir en enfermedades de salud mental, como la depresión y ansiedad.
Por lo tanto, un intestino sano, tiene la capacidad de propiciar energía al individuo y además ayudar a procesar los nutrientes de los alimentos, estimular y activar el sistema inmune.
Una de las principales preguntas es, ¿qué es lo que se debe comer para que la microbiota esté saludable? La respuesta es clara, probióticos o alimentos naturales que contengan probióticos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), especifica que los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud de las personas, por lo tanto, la ingesta de ellos ayuda a reforzar las defensas, disminuir el riesgo de enfermedades y mejorar el tránsito intestinal.
Según el neurólogo David Perlmutter, coautor de Brain and Gut ("Cerebro e intestino"), "el consumo de prebióticos y probióticos mejora la salud intestinal y previene la inflamación, a través de cambios mejorables en la microbiota.
El especialista recomienda especialmente un tipo de probióticos, el Lactobacillus plantarum, por su "probada efectividad a la hora de permeabilizar las paredes del intestino".
Dentro de otras recomendaciones de los expertos en el área de la nutrición y gastroenterología, especialmente de la Clínica Mayo Clinic, se encuentra aumentar la ingesta de yogur, kéfir o kombucha. Al mismo tiempo, consumir frutas, verduras y cereales integrales también ayudan a estimular la multiplicación de bacterias beneficiosas en el organismo. Por último, la utilización de probióticos también es fundamental, no dejes pasar más tiempo y comienza a cuidar tu intestino con BIORI.
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Como los microorganismos, como tú y yo, como todo en la vida, Biori ha pasado por etapas de crecimiento y adaptación. Esta transformación es un reflejo de una nueva etapa, una más madura, que conoce mejor lo que tiene para ofrecer al mundo, pero con la misma alegría y vitalidad de siempre.