El consumo de probióticos ha ido en aumento durante las últimas décadas, esto porque proporcionan diversos nutrientes al cuerpo humano, los que permiten mantener un adecuado equilibrio de la flora intestinal, esto repercute directamente en el sistema inmune, ya que lo estimula de manera favorable. Los probióticos también favorecen la producción de vitaminas, e incentivan el crecimiento de bacterias “buenas”.
En detalle, los probióticos actúan principalmente en el aparato digestivo, donde pueden afectar el microbioma intestinal. Este microbioma está formado por muchos microorganismos, en su mayor parte bacterias, que viven principalmente en el intestino grueso. Cuando una persona come o ingiere suficientes probióticos, estos le ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal, y además podrían proporcionar otros beneficios para la salude incluso prevenir enfermedades.
Los probióticos más comunes incluyen lactobacilos, bifidobacterias, saccharomyces, estreptococos, enterococos, escherichia y bacilos. Los microorganismos probióticos reciben su nombre por su género, especie y cepa. Un ejemplo es Lactobacillus rhamnosus GG. En este ejemplo, Lactobacillus es el género, rhamnosus es la especie y GG es la cepa. Este microorganismo también es conocido por su abreviatura, LGG.
Los principales beneficios de los probióticos son combatir y prevenir enfermedades intestinales como colitis, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal, combatir enfermedades como cáncer, candidiasis, hemorroides e infección urinaria. Mejorar la digestión y combatir la acidez, combatir el estreñimiento y la diarrea, regulando el tránsito intestinal, aumentar la absorción de nutrientes, como vitamina B, calcio y hierro, fortalecer el sistema inmunológico, para aumentar la producción de macrófagos, unas células de defensa del organismo, impedir la proliferación de bacterias malas en el intestino, ayudar a digerir la lactosa, especialmente en personas con intolerancia a este componente. Prevenir problemas como obesidad, colesterol alto e hipertensión, ayudar a mitigar alergias e intolerancias alimentarias, e incluso ayudar a mejorar el humor, pues se ha encontrado una relación directa entre el equilibrio de la flora intestinal con una disminución de enfermedades como la depresión y la ansiedad.
Investigaciones y estudios científicos relacionadas al área de la nutrición, indican que los probióticos también podrían ayudar a mejorar condiciones como el autismo, ya que su consumo demuestra que hay mejoras no solo a nivel gastrointestinal sino también a nivel del comportamiento, mejorando la habilidad para concentrarse y escuchar.
Según la Clínica Mayo Clinic, una flora intestinal sana y rica en probióticos comienza a formarse desde que una persona nace, especialmente cuando se trata de un parto natural y cuando es amamantado con exclusividad durante el inicio de su vida.
Según el medio de comunicación, Quiero Salud, existen dos formar de ingerir probióticos, la primera mediante el consumo de alimentos que son considerados como probióticos naturales, como el yogur o kéfir, y la segunda forma a través del uso de suplementos que contienen probióticos.
Alimentos naturales con probióticos:
Si bien podemos encontrar probióticos en alimentos naturales, la tecnología y los avances en la ciencia también permiten que los podamos consumir a través de suplementos, en cápsulas, líquidos o sobres, los que se pueden encontrar en el mercado.
Biori es uno de los probióticos que cumple con las expectativas de expertos en el área de la nutrición, y con los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que su ingesta diaria entrega al organismo un billón de probióticos, los que repercuten directamente en la protección del sistema digestivo.
Más información sobre Biori, se puede encontrar en www.biori.cl y en el Instagram (donde se puede encontrar una serie de recomendaciones y contenido sobre probióticos) www.instagram.com/biori.cl/.
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