Con el pasar de los años, una de las preocupaciones de las personas es lo que ocurre con el envejecimiento y sus consecuencias, si bien se pueden notar cambios físicos durante todo es este proceso, también ocurren modificaciones internas que no se ven a simple vista, los que podrían enfrentarse con la ingesta de probióticos. A continuación, te contamos por qué:
Según expertos en el área de la salud, el proceso de envejecimiento está influenciado por dos factores determinantes:
Si los revisamos por separado, podemos descubrir que en el primario se le atribuye el 25% de la responsabilidad en los cambios producidos a nivel intestinal durante toda la vida.
En tanto, el secundario es responsable del 75% de los cambios, y está modulado por enfermedades y factores ambientales (tipo de dieta, ejercicio, etc.) que las personas han realizado durante su vida.
Ambos factores actúan de forma simultánea determinando el estado de envejecimiento o de fragilidad de una persona. Este último concepto está ligado al fracaso orgánico y por lo tanto existe una necesidad de aplicar medidas preventivas, una de ellas el consumo de probióticos para mejorar la salud intestinal y gozar de todos los beneficios.
Un síntoma que está ligado al envejecimiento es la inflamación, situación que se define como un estado inflamatorio crónico de bajo grado, el cual tiene un rol clave en la aparición de la fragilidad y enfermedades frecuentes en la edad avanzada. Este proceso es sistémico, de naturaleza multifactorial y caracterizado por complejas interacciones a nivel molecular.
Para entender aún mejor el funcionamiento de los probióticos, debemos remontarnos al año 1915, cuando Elie Metchnikoff, microbiólogo ruso y francés, estableció que la digestión de derivados lácteos como el yogur, introducía bacterias con efectos positivos en el intestino. Desde ese entonces la idea de consumir probióticos tomó fuerza y hasta el día de hoy se toman en cuenta los diversos beneficios que tienen en la microbiota intestina, y en general, en la salud del cuerpo humano, ya que, interviene en la fermentación de hidratos de carbono no digeribles, modulación del sistema inmune, aumenta la actividad metabólica mediante el aporte de enzimas bacterianas, favorece la resistencia a la infección e inflamación (enfermedades autoinmunes y tumorales) y mejora la transmisión de señales endocrinas mediante el eje cerebro-intestino, mejorando la función neurológica.
El avance de la edad tiene consigo una serie de consecuencias que vienen de la mano con el aumento de enfermedades neurodegenerativas, como lo es el Alzheimer.
En relación a lo anterior, se puede decir que los probióticos permiten mejorar el estado de salud mediante su consumo. Las principales enfermedades que tienen relación con la microbiota intestinal en el envejecimiento son aquellas que afectan directamente el aparato digestivo:
Sin embargo, se ha comprobado también que existe relación entre el aparato digestivo y otros órganos, entre ellos el cerebro. No en vano, los desequilibrios en la flora intestinal van más allá de los trastornos gastrointestinales:
¿Cómo se pueden evitar problemas relacionados con la flora intestinal durante el envejecimiento?
La presencia en el intestino de esta colonia de microorganismos beneficiosos va cambiando conforme pasan los años. Hasta los dos años de vida se registra la mayor diversidad de microbiota en el intestino. Durante la edad adulta los niveles de microbiota normal se estabilizan. En el adulto mayor las bacterias de la microbiota intestinal decaen, dando terreno a otros grupos de microorganismos potencialmente peligrosos.
Teniendo en cuenta las funciones que desempeña y sus beneficios para la salud, es comprensible que exista tanto interés por evitar los problemas que pueden originarse en la microbiota intestinal, sobre todo a edades avanzadas.
La alimentación es clave para garantizar niveles de microbiota normal que favorezcan el buen estado de salud. El primer paso es eliminar aquellos alimentos que son malos para la flora intestinal. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), entre los ingredientes más nocivos para la buena salud de la microbiota están:
Si una persona es capaz de dedicar tiempo a eliminar estos alimentos de la dieta habitual, podrá incluir otros que favorezcan al mantenimiento de una microbiota normal, estos son los denominados prebióticos y probióticos para recuperar la flora intestinal.
De forma natural podemos encontrarlos en algunos alimentos comunes como:
Además de mantener una buena alimentación para evitar enfermedades relacionadas, hay otros aspectos que son fundamentales para cuidar el equilibrio de la flora intestinal durante el envejecimiento, esto es la falta de actividad física, el estrés o la pérdida de la calidad del descanso.
Entonces, ¿qué más esperas para probar las aguas con probióticos y vitaminas de Biori?
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Como los microorganismos, como tú y yo, como todo en la vida, Biori ha pasado por etapas de crecimiento y adaptación. Esta transformación es un reflejo de una nueva etapa, una más madura, que conoce mejor lo que tiene para ofrecer al mundo, pero con la misma alegría y vitalidad de siempre.