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Alimenta las bacterias de tu intestino

Alimenta las bacterias de tu intestino

Es común escuchar que se habla de bacterias “buenas” para el intestino, sin embargo, no existe mucha información al respecto, es por esa razón que en este artículo vamos a definir de qué se trata y cómo se pueden potenciar para cuidar la salud de las personas. 

Primero que todo hay que entender que el cuerpo humano cuenta con una gran superficie cutánea y mucosa por la que entra en contacto con el medio ambiente. De esta manera, existen diversos sectores de la piel, intestino, boca y vagina, donde residen microorganismos con diferentes características de humedad, temperatura, pH y disponibilidad de nutrientes.

Según la Clínica Internacional de Perú, la flora bacteriana es el conjunto de gérmenes que conviven con el ser humano, en estado normal, sin causar enfermedades. Su composición es característica para las personas, tanto en los gérmenes que la conforman, como en su número y distribución en el organismo. Se trata de aproximadamente cien billones de bacterias beneficiosas, una cifra diez veces mayor que el número de células presentes en nuestro cuerpo. Estas bacterias pertenecen a entre quinientas y mil especies diferentes, y el 95% de ellas vive en el colon. 

La importancia de estas bacterias es relevante, porque con ellas se desarrollan funciones esenciales para el organismo, es tanto así, que si no existieran sería muy complicado vivir. 

Hay que considerar que el sistema digestivo tiene una superficie de 300 metros cuadrados. Es el órgano que más contacto tiene con el exterior, por lo tanto, el más susceptible de ser atacado por agresiones externas. De hecho, la mayoría de las defensas se encuentran en esta zona para proteger al cuerpo humano, y justamente una de las herramientas de defensa son los componentes que existen en la flora intestinal. 

¿Qué función cumplen las bacterias buenas en la flora intestinal? 

Las bacterias de la flora intestinal desempeñan tareas esenciales en nuestro organismo. En concreto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca tres tipos:

  • Nutricional: Favorece la síntesis de compuestos como las vitaminas, entre ellas la K y las del grupo B. También facilita la absorción de calcio y hierro en el colon, y además favorece el movimiento intestinal.
  • Protectora: La microbiota impide la implantación de bacterias patógenas externas que puedan provocar infecciones en el cuerpo humano.
  • Inmunológica: Este conjunto de bacterias, activa y fortalece el sistema inmunológico, aumentando las defensas frente a las infecciones bacterianas y víricas.

En definitiva, la flora intestinal cumple un rol protector del organismo frente a bacterias, virus o enfermedades. Asegura el correcto funcionamiento del sistema digestivo, y además colabora en la producción de vitaminas y la correcta absorción de minerales, por eso es tan importante. 

Factores que pueden alterar la microbiota en el intestino

Entre las principales causas que pueden alterar la microbiota en el intestino, se pueden encontrar las siguientes: 

  • Una alimentación inadecuada: Una dieta pobre en fibra y un exceso de carnes, grasas y azúcares pueden afectar de manera negativa la flora.
  • Malos hábitos de vida: El sedentarismo, el estrés, el alcohol y el tabaco. También el insomnio y las rutinas de sueño irregulares resultan perjudiciales, al igual que la exposición a la contaminación.
  • El envejecimiento: La edad constituye otro factor de riesgo, fundamentalmente, a partir de los sesenta años desciende el número de bacterias beneficiosas. Esta es una de las razones del aumento de enfermedades, infecciones y síntomas digestivos, como el estreñimiento. 
  • Infecciones víricas o bacterianas y otras enfermedades digestivas:  La colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, son susceptibles de alterar la flora intestinal.
  • Tratamientos postoperatorios: Por ejemplo, radioterapia o cirugía.
  • Algunos medicamentos: El consumo de antibióticos puede provocar desequilibrios en la flora intestinal. Estos medicamentos son necesarios en casos de infección, porque se ocupan de eliminar las bacterias que la causan, pero su uso cambia el equilibrio normal de la flora al dañar las bacterias propias beneficiosas, y fomenta que se asienten otros microorganismos patógenos responsables de las diarreas asociadas a antibióticos.
  • Viajes a otros lugares del mundo: Los desplazamientos largos provocan con frecuencia alteraciones en la microbiota, y si además se viaja a lugares donde las condiciones higiénicas son malas o a zonas de climas tropicales, el riesgo de contraer la famosa diarrea del viajero es alta. Esta posibilidad aumenta sobre todo si se consumen alimentos crudos o poco cocinados, se bebe agua no embotellada, o las personas no se lavan las manos adecuadamente antes de comer. 

Cuando aparecen estos desequilibrios en la flora intestinal, existe una mayor predisposición a infecciones, alergias y dermatitis atópicas. Además, se altera la movilidad digestiva, lo que puede provocar estreñimiento, diarreas, malas digestiones, gases o dolor abdominal.

Flora intestinal saludable 

El doctor Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas en España, entrega diversas recomendaciones para mantener una flora intestinal sana:

  • Tomar probióticos: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud de las personas. “Entre estos beneficios está el mantenimiento de una flora intestinal sana, Cuantas más cepas de microorganismos tomemos, más reforzada saldrá la flora intestinal”, dice Carrera. 
  • Incrementar la ingesta de yogurt, kéfir o kombucha: Se trata de alimentos que tienen un proceso de fermentación propio, lo que hace que contengan bacterias beneficiosas vivas en el momento de consumirlas.
  • Aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales: Estos alimentos tienen un aporte adecuado de fibra dietética, que al llegar al intestino es fermentada y estimula la multiplicación de bacterias beneficiosas.
  • Evitar los azúcares refinados industriales: El azúcar por sí mismo puede favorecer que se desarrolle una inflamación crónica de los tejidos, que puede terminar dañandolos.
  • No comer en exceso grasas saturadas y grasas trans: Estas grasas afectan la capacidad de defensa del sistema inmunológico favoreciendo la agresión de agentes patógenos externos.

Además de adoptar hábitos digestivos saludables en la vida diaria, es importante incorporar a la dieta probióticos y prebióticos, ya que, constituye una forma de prevenir alteraciones de la flora intestinal. Consumidos en las cantidades adecuadas de manera habitual, refuerzan las defensas, disminuyen el riesgo de enfermedades y mejoran el tránsito intestinal. No dejes pasar más tiempo y prueba los productos BIORI.


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